Psicología Clínica
Adultos
Desde la corriente psicológica cognitivo-conductual se interviene en los problemas y trastornos que la persona pueda sufrir. Se realiza un análisis y evaluación personalizada de la situación que motiva el cuadro clínico y así poder hacer una intervención en profundidad para mejorar, paliar y remitir el malestar presentado.
El autoconocimiento es la pieza clave para lograr una mejor regulación emocional, y en psicoterapia suele ser el eje de intervención. También lo es la gestión emocional, la identificación de creencias autolimitantes, el uso de sesgos cognitivos que nos llevan a interpretaciones erróneas de la realidad y en general, todo aquello, que en mayor o menor medida, nos provoca malestar.
A menudo los problemas o la sintomatología no configuran un trastorno, son signos, pero no por ello no deben atenderse. La orientación psicológica y la psicoterapia dan a la persona las herramientas y recursos suficientes para que, en poco tiempo, resuelvan efectivamente sus conflictos.
Trastorno del estado de ánimo. Inestabilidad emocional.
Trastornos depresivos, distimia. Alteraciones del estado de ánimo que interfieren significativamente en el día a día de la persona.
Trastorno bipolar
Ansiedad, ansiedad generalizada, ataques de pánico, angustia con/sin agorafobia
Tratamiento personalizado de Fobias
Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC). Tratamiento cognitivo-conductual de las obsesiones y conductas compulsivas.
Trastornos psicóticos.
Somatizaciones. Intervención psicoterapéutica centrada en minimizar los síntomas físicos derivados de un malestar psicológico.
Trastorno de personalidad. Un patrón de conducta, pensamiento y actitudes concretos y rígidos pueden llevar a la persona a sufrir en sus relaciones interpersonales y estar rodeados de conflictos. La psicoterapia ofrece pautas para reconducir ciertos rasgos que son más flexibles y así proporcionar herramientas de afrontamiento a problemas derivados de una forma de ser concreta.
Problemas adaptativos, cuando las dificultades para adaptarse a una nueva situación hacen reactivar síntomas ansiosos y/o depresivos. Suelen comportar una inestabilidad emocional que con pocas sesiones y dando pautas de resolución mejora sustancialmente.